Giovanni Alvise, la primera referencia del emperador aquà en Vicenza, fue uno de mis grandes apoyos, desde el principio.
Él, obviamente además de Giangiorgio Trissino y Gerolamo Chiericati, trabajó a mi favor en varias ocasiones en el ayuntamiento para darme la obra pública más importante de la ciudad, la de las logias de la BasÃlica.
Muchos años más tarde pude recompensarlo, habiendo entretanto trabajado para la familia Valmarana, con este edificio del Pozzo Rosso. A decir verdad, la clienta era la viuda de mi amigo, Isabella Nogarole, una gran mujer. No es casualidad que una emperatriz, la augusta MarÃa de Austria, fuera alojada aquà un año después de mi muerte.